Tiene solidez colectiva, lo define de contra en Mar del Plata


Crucero volvió a mostrar la solidez colectiva y la firmeza defensiva que lo caracterizó durante toda la temporada: Cuando tuvo que atacar, fue al frente y definió, y cuando tuvo que defender la ventaja, también lo hizo, mostrando agallas, carácter y una gran actitud, jugando al límite, marcando a presión y sin darle espacios a un duro rival.


Durante casi toda la campaña el equipo colectivero se aferró al férreo 4-4-2, utilizado por un laborioso e inteligente entrenador, que siempre supo hacer de la defensa un culto a la “perfección”. Así ganó su grupo en la primera fase, así arrasó en la instancia semifinal, ganando y golenado, y así también ganó en Río Cuarto, más allá de los tres bloopers en la ida…

Crucero obtuvo un gran resultado este domingo, y máxime si se tiene en cuenta lo duras y parejas que son las promociones en todas las categorías. Recuperó la confianza, ganó dos finales seguidas, y como se siente mejor jugando de visitante con este esquema, es probable que no sólo mantenga el cero en su arco en la revancha, sino que bien puede ganar el partido –como lo hizo en Río Cuarto- aún sin arriesgar mucho.


MUCHO PARA ELOGIAR

Jugar una final no es fácil. Ganarla tampoco. A veces, simplemente “es una cuestión de actitud” como dice uno de los rosarinos más famosos…

Si Crucero llegó a esta instancia es porque nadie le regaló nada, ni los rivales ni los arbitrajes como decían muchos en esta provincia y en el país. Y quedó demostrado en las finales y en esta Promo, donde nadie le cobró siquiera una falta a favor y al menos no le dieron dos claros penales de local, uno a Marzo contra los cordobeses y otro a Soto con los marplatenses.

El equipo de Pedro Dechat perdió injustamente la final contra Estudiantes de Río Cuarto, porque de local mereció largamente el triunfo y de visitante ganó y bien pudo haber ascendido en la “lotería” de los penales. Y en este partido contra Alvarado ganó claramente porque fue el único que buscó el triunfo –aún con errores-, nunca pasó zozobras y hasta pudo hacerlo por un gol más pero el arquero rival estuvo inspirado y el palo le fue esquivo.

Crucero es un equipo ganador, que se acostumbró a ganar, jugando bien, regular o mal. Y como contrapartida, Alvarado, aún jugando bien, perdió la mayoría de sus partidos esta temporada. Es un equipo que el año pasado jugó el Argentino B, ascendió a partir del Repechaje y al que le costó muchísimo adaptarse a la categoría.

No mostró gran cosa en Santa Inés y difícilmente sea más agresivo de local.

La defensa de Crucero, más allá de esa olvidable tarde del 2-3 con Estudiantes, volvió a ser segura y confiable, y jugando así, será muy difícil que le hagan un gol, ya que Gaona volvió a ser arquero impasable de las primeas fechas y el de los 800 minutos invictos.

Ahora todo depende de Crucero: Si la mayoría del plantel se despoja de la ansiedad y de las presiones, si juega como lo venía haciendo en gran parte del torneo, bien puede empatar o ganar en La Feliz y festejar el segundo ascenso en su corta y ascendente historia.

Pedro Brítez está en un gran momento, Carlos Marczuk mantuvo su nivel y los demás acompañan. Sólo falta que recuperen la memoria Derlis Soto y el Loco Marzo.
Y el Mundialista es un estadio a la medida de la trayectoria de ambos, donde muy probablemente exploten y justifiquen la inversión y la fe depositada en ellos.


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