SALVADOR BRÍTEZ



Con un gol de tiro libre cerca del epílogo de Pedro Brítez, Crucero le ganó a Juventud de Pergamino 1-0 y acaricia la clasificación a uno de los pentagonales.

Gracias Negro. La montaña humana del final fue el desahogo de todo un equipo mientras el público aplaudía a rabiar. Habían pasado 93 minutos y el empate sin goles era inminente, hasta que Pedro Brítez la clavó de derecha junto a un palo en un tiro libre, para dejar a Crucero nuevamente en lo más alto de la tabla del grupo y de la general y acariciar la clasificación a uno de los pentagonales finales del Apertura del Argentino A de Fútbol.

Lo encontró porque lo buscó siempre, sobre todo en el segundo tiempo, cuando Dechat apostó por Del Bono, armó una línea de tres y encontró al inspirado arquero de Juventud Favio Vellido tapando pelotas claves. No fue una noche con todas las luces, sobre todo porque un rival limitado como los pergaminenses, se parecieron mucho al Sol de América del pasado Argentino B, con mucha gente en el fondo y apostando a algún pelotazos para que se produzca el milagro. Y el milagro llegó al final, pero para el equipo que se merecía: Crucero.

Sin la actuación de otras jornadas y con la implementación de un nuevo sistema (del 4-4-2 pasó al 4-3-1-2), dejó en el camino a Juventud de Pergamino y con 29 puntos en la tabla y tres partidos por delante, la clasificación parece un hecho y de acuerdo a cómo se den algunos resultados (Unión ganó en Tandil y Gimnasia empató en Tres Arroyos), este domingo podría transformarse en el primer equipo que se gane un lugar para la siguiente ronda.

Dos cabezazos de Yegros Tejada a los 28 y 42 minutos del primer tiempo, respectivamente, fue lo más profundo de Crucero en el período inicial, donde tuvo la pelota, pero no la paciencia necesaria para provocar los huecos del rival. Alesandroni corrió y quitó mucho en Juventud mientras que Crucero no podía imponerse por las bandas, entonces los centros para Martín era la llave para destrabar el 0-0, pero Vellido fue más. Primero le tapó abajo un tiro cruzado a Derlis Soto que en el rebote, le quedó a Yegros para una palomita sensacional que el uno de los visitantes la sacó en gran reacción a un costado. Y después, voló hacia su palo izquierdo para evitar que otro cabezazo bien esquinado de Martín se estampara contra el fondo de la red.


El público que siempre sigue a Crucero esperaba paciente el segundo tiempo, porque ya está acostumbrado a que el equipo explote sobre el final. Pero esta vez el desenlace fue dramático, angustiante, pero afortunadamente con un final feliz. Juventud nunca creó una situación neta de gol, Gaona casi jugaba como líbero y sólo Bulgarelli con su velocidad inquietaba, sin la compañía de Quiróz, Fernández o incluso Illoa cuando ingresó en la segunda parte.

Otra gran palomita de Yegros tras centro desde la derecha, casi se transforma en el primero de no ser por los excelentes reflejos de Vellido. Impaciente, Dechat mandó a Del Bono por Duré, Soto bajó unos metros y arriba Yegros ya tenía compañía. Apilada de Gonzalo para dejar desairado a dos marcadores, fue la presentación del goleador, que volvió después de un desgarro. Y en la segunda pelota que tocó, la cacheteó de primera anticipándose en el primer palo y otra vez el arquero la mandó al córner.

Seguía impaciente Dechat, Mosevich no trepaba por derecha (dolor en el tobillo) y decididamente apostó a la línea de tres. Recalde saltó a la cancha para sumarse a Gamarra en la contención y en varios avances, Tomasini aparecía por sorpresa como número 9. Varios centros llegaron desde los costados, pero nunca hubo un cabezazo limpio. Y Dechat fue por más; Escobar reemplazo a un extenuado Yegros Tejada y luchó más de lo que jugó. Se consumían los minutos, Montero exasperaba con sus polémicas decisiones cuando a los 42 minutos le mostró roja directa a Cabrera por un golpe que no existió sobre un rival y muchos pensaron que El Colectivero debía conformarse con la igualdad.

Los de Pergamino nunca insinuaron con salir del fondo, incluso con el hombre de ventaja. El empate era negocio redondo para un elenco que pelea por zafar de la Promoción y además contó con varios tiros libres sancionados por Montero, en foules inexistentes.

El juez adicionó 4 minutos y en ese lapso vino lo mejor. En una rápida salida desde el fondo, la pelota le llegó en tres cuartos a Derlis Soto, quien encaró hacia el área hasta que Ampuero lo bajó cerca del borde del área. Tiro libre decisivo ya casi en el epílogo del encuentro. Dardo Romero la acomodó dos veces, Brítez espió de reojo, el defensor amagó rematar y el Negro Pey le entró con esa derecha prodigiosa para clavarla junto a un palo y desatar la locura.

Golazo del Negro, montaña humana y a festejar. Salvador Brítez para una noche que inexorablemente moría en el empate sin goles y que le dio el premio sobre el final al único equipo que lo buscó. De vez en cuando se presentan este tipo de partidos, cerrados, imprecisos y con rivales que no proponen nada. No es excusa, el equipo de Misiones no jugó bien pero tuvo el carácter para buscarlo hasta el último segundo. Lo encontró con una genialidad del Negro Pey que le permite al Colectivero seguir como líder del torneo y pensar que la clasificación prácticamente es un hecho.

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